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sábado, 18 de enero de 2014

¿Y si estás sola? ¿Y si ya no te quedas ni tú misma?Nadie me entendería si despegase mis labios para explicarme. Todos sellarían sus bocas en vez de intentar comprender. Y quizás, mejor así. Si finges para los demás que los problemas no existen, puede que acabes creyéndotelo.
Desaparecieron todos en cuanto les salpicó la sangre de mis heridas. De puertas adentro se respiraba caos en vez de oxígeno. Se enfadaban, gritaban, y las paredes no parecían poder soportar ni un chillido más. ¿Yo? Sonreía, porque mi mente estaba en el pasado, en lo bonito que nadie sabe si volverá, en la paz, en la calma de un lugar que jamás se reconstruirá. 
Las grietas empiezan a ser demasiado grandes.

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